El membrillo es una fruta propia del otoño que se consume
tras la cocción.
El membrillo es la fruta carnosa de color amarillo dorado
que se obtiene del membrillero. Presenta una superficie cubierta por una borra
algodonosa y una pulpa, amarillenta y áspera, que contiene en su interior
semillas mucilaginosas. Esta pulpa es muy aromática, con un delicado aroma a
miel, pero su sabor es muy ácido, lo que hace que generalmente no se consuma el
membrillo crudo.
El membrillo es nativo del oeste de Asia, de la zona
caucásica, y se viene cultivando desde muy antiguo. Llegó a España a través de
Grecia e Italia, donde era muy estimado; de España se exportó a América.
Antiguamente se pensaba que los membrillos eran un tipo de
manzana. En un principio se consumían principalmente asados con miel y una
buena capa de harina; ya con el descubrimiento y el mayor empleo del azúcar,
empezaron a elaborarse membrillos confitados. En la Edad Media se empleaban
no sólo como alimento, sino también como remedio eficaz contra la diarrea.
Los membrillos se consumen únicamente tras su cocción, a
menudo en forma de mermeladas, jaleas o dulce de membrillo. Su elevado
contenido en pectinas los hace muy apropiados para la elaboración de este tipo
de preparados, sin necesidad de adicionar otros productos gelatinosos para
lograr una correcta consistencia.
Curiosidad sobre el membrillo:
En Grecia, los membrillos estaban consagrados a Afrodita, la
diosa del amor. El membrillo era símbolo de amor y fecundidad, y los recién
casados debían comer uno antes de entrar en la habitación nupcial.
Galletas o pastas de membrillo.
Ingredientes (6 comensales)
100 gr. de manteca fría,
150 gr. de azúcar,
2 yemas y 1/2 clara,
250 gr. de harina común,
Ralladura de 1 limón,
Dulce de membrillo 200 gr. aproximadamente.
Poner en un bol la manteca picadita junto al azúcar, pisar
bien y agregar las yemas con la media clara, mezclamos bien hasta cremar,
agregamos la ralladura de limón y la harina previamente tamizada.
Formamos un bollo con las manos tratando de trabajarla lo
menos posible.
Vamos tomando porciones pequeñas de masa y formando bolitas
del tamaño de una nuez chica.
Las acomodamos un poco separadas entre si sobre una placa
previamente en mantecada y enharinada.
Luego con el dedo pulgar hacemos un poco de presión en el
centro de la bolita de manera que quede un hoyito.
Colocamos un poco de dulce en cada uno de los hoyitos.
Luego llevamos a cocinar nuestras pepitas en horno
precalentado a 190º por aproximadamente 8 a 10 minutos, no deben quedar muy doraditas.
Guarda las pepitas dentro de frascos o envases herméticos.
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